¿Qué animales tenían los egipcios como mascota?

¿Qué animales tenían los egipcios como mascota?

Creemos que tener animales de compañía es algo reciente, pero las evidencias y la Historia nos muestran todo lo contrario. ¿Nos acompañas en un viaje por el Antiguo Egipto? ¡Disfrutaremos de cuán especiales eran en su cultura, sociedad y religión!

 

Si jugásemos a un Scrabble de palabras sobre el Antiguo Egipcio, seguramente que aparecerían algunas como pirámide, faraones ¡y momias! Precisamente entre estas últimas los animales ocupan un elevado número pues los grandes amantes de los animales enterraban a estos junto a ellos.

Si el animal fallecía antes que el humano, éste era momificado y guardado cuidadosamente para que, en el momento en el que el humano falleciera, poder incluirlo en su tumba junto a él o en otra estancia de la propia tumba.

La momificación de animales se ha realizado durante toda la historia de Egipto, pero la mayor parte de las momias pertenecen al Periodo Tardío y Greco-Romano, sobre todo porque durante esta época Egipto fue invadido por otros mundos, poderes y culturas que hicieron que los egipcios recurrieran a sus deidades mediante ofrendas animales para solicitar auxilio.

 

¿Qué animales tenían los egipcios como mascota?

 

Las momias animales suelen dividirse en 5 grupos:

1.- Mascotas

2.- Comida para el difunto en el más allá

3.- Objetos votivos que se entregan a la deidad a la que se hace una petición.

4.- Animal sagrado en el que la esencia de una deidad es encarnada por éste y se le adora hasta el final de los días.

5.- Otros: aquellos que por su emplazamiento no se les puede incluir en ninguno de los grupos anteriores, al no existir una relación clara que justifique su momificación.

 

Para los egipcios tener animales exóticos era un signo de estatus y reconocimiento, es por ello que se tienen evidencias de zoológicos, como el encontrado en la capital de Hieracómpolis (3500 a.C.), en el que se hallaron varios perros, hipopótamos, una vaca y su ternero y dos elefantes, monos y gatos monteses.

La selección en la tenencia de ciertos animales se debía a lo que representaba cada animal en el plano religioso o por las cualidades que representaban y por las que eran admiradas: fuerza, habilidades de depredación, protección, renacimiento… La realeza, por ejemplo, estaba emparentada con los leones, leopardos o guepardos (grandes felinos) por su gran apariencia, fuerza y ferocidad, cuyas cualidades querían emular.

En el Antiguo Egipto una gran variedad de animales eran momificados: hienas, hipopótamos, ibis, bueyes, peces, halcones, cocodrilos, búhos, gacelas, serpientes, escarabajos… pero nos vamos a centrar en gatos y perros, por ser los más comunes hoy día.

 

 

Los gatos en el Antiguo Egipto

Sobre la domesticación del gato, las primeras evidencias se hallan en Chipre en torno al 9800 a. C., siendo la zona del Oriente Próximo donde se domesticaron los primeros gatos.

En Egipto los primeros datos se remontan al 4000 a. C. Si bien se hallan durante todo el periodo histórico, es a partir del Imperio Nuevo (1550 a. C) y hasta la época Greco-Romana cuando las representaciones son mucho más numerosas.

El gato era muy estimado por el control de plagas en domicilios particulares, así como en los graneros; y vemos una importante progresión en las representaciones del arte egipcio. Las primeras muestran a gatos cazando ratas, insectos o pájaros y llegando progresivamente a ser representados con collares y sentados bajo sillones en los entornos más domésticos.

Su asociación como animal sagrado o divino viene dado por su habilidad para cazar serpientes, que representan el mal y el desorden, la dicotomía tan importante del orden frente al caos, tan presente en el mundo egipcio.

Además hay varias deidades asociadas con los gatos: Sekhmet y, la más importante,  Bastet, que era representada como un felino en su totalidad o con cabeza de felino-leona y cuerpo de mujer. Era la protectora de la infancia, la fertilidad, maternidad y la sexualidad femenina.

Los gatos, muy numerosos en esta época, se concentraban sobre todo en dos grupos: criaderos adjuntos a los santuarios y templos dedicados a las deidades felinas, así como gatos domésticos.

 

¿Qué animales tenían los egipcios como mascota?

 

Los perros en el Antiguo Egipto

Las primeras evidencias sobre perros son halladas en tumbas simples, ya durante el Periodo Predinástico. Desde bien temprano el perro juega un rol importante en la historia egipcia, actuando como guardianes, acompañantes durante la caza así como mascotas.

Las representaciones artísticas de los perros son numerosas y variadas. Un ejemplo es la escena en el flabelo real de Tutankamón, en el que se representa al faraón en la caza de un avestruz acompañado por sus galgos, un tipo de perro muy común durante el Egipto Antiguo.

Como mascotas, se han hallado varias momias de perro junto al ataúd de su propietario. Es el caso de Hapimen (Tumba G61 en Abydos). Otros comparten estancia junto a su maestro en la estancia, como todos los perros pertenecientes a los reyes de la Dinastía I (3050-2813 a. C) que fueron enterrados en Abydos.

Al igual que los gatos, los perros tienen una importante posición en la religión, pues son asociados con deidades como Anubis o Wepwawet (Upuaut). El perro es el guía de almas hacia el más allá por antonomasia y no sólo eran enterrados en necrópolis para guiar a los que eran inhumados en el lugar, sino también como símbolo de ostentación.

 

 

Además, los perros eran ofrecidos como ofrendas y momificados en santuarios alrededor de Egipto, donde se han hallado numerosas momias de perros en catacumbas. Es el caso de las de Saqqara, donde había criaderos específicos para satisfacer las necesidades del peregrino.

En esta línea, disponemos de las evidencias del cementerio de mascotas más antiguo conocido de la historia. Hallado en Berenice, un antiguo puerto romano en la costa egipcia del Mar Rojo, los animales hallados fueron inhumados en torno a los siglos I-II d. C.

Los restos encontrados en este lugar son un 95% gatos, 5% perros y 5% babuinos, que por los ajuares con los que fueron enterrados, evidencian que eran tratados como mascotas. Muchos de ellos tenían muestras de haber sufrido fracturas que fueron curadas y otros tuvieron que ser alimentados para sobrevivir.

Todos estos hechos muestran que las mascotas eran consideradas parte de la familia, por lo que el vínculo con los animales es algo que, como dijimos en nuestro artículo sobre antrozoología, discurre paralelo a nuestra evolución como especie humana.

 

Perros con Historia
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