Gatos con artrosis: Síntomas, diagnóstico, cuidados y tratamiento

Gatos con artrosis: síntomas, diagnóstico, cuidados y tratamiento

La artrosis es muy común en gatos, sobre todo de edad avanzada. Conocer sus síntomas puede ayudarnos a establecer con anticipación pautas y cuidados para mejorar la calidad de vida de nuestros felinos.

 

Cada año, el 12 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Artrosis, una enfermedad crónica degenerativa que afecta a los cartílagos de las articulaciones provocando dolor y limitando la movilidad. Se estima que un 90% de los gatos de más de 12 años la sufre, pero en la mayoría de los casos no se llega a diagnosticar nunca.

 

¿Qué síntomas tiene un gato con artrosis?

En los gatos es complicado detectar esta enfermedad porque no muestran los síntomas habituales que encontramos en los humanos o en los perros como cojera, quejas, evitar moverse… Por ello, debemos estar atentos a otros aspectos para descubrir que algo no va bien:

 

1.- Cambios de carácter:

Un gato con artrosis tiene molestias, por lo que puede mostrarse más gruñón e irritable, menos activo, triste, evitará el contacto por miedo a que le hagamos daño…

 

 

2.- Orina fuera del arenero:

La postura para orinar o hacer caca puede provocar molestias a un gato con artrosis y asociarán estos dolores al arenero dejando de acudir al mismo.

En otras ocasiones, puede que la forma del arenero no permita entrar fácilmente al gato. Esto ocurre con aquellos que tienen la entrada por la parte superior o el acceso es elevado. En consecuencia, también evitarán acudir a él.

 

3.- Conflictos:

Si tenemos más animales en casa que conviven de forma amistosa y empezamos a ver peleas, bufidos o malestar entre ellos, debemos pensar que alguno no se encuentra bien.

 

 

4.- Cambio en las costumbres:

Si nuestro gato tiene molestias puede que deje de acceder a sus sitios favoritos si están elevados, juegue menos, deje de comer…

 

5.- Cambios en el pelaje:

Un gato con artrosis verá limitada su movilidad y es posible que no pueda limpiarse ciertas zonas de su cuerpo. También es probable que en las zonas con dolor haya un exceso de lamido, llegando incluso a perder pelo.

 

Los síntomas enumerados son muy generales, pero es importante que estemos atentos a ellos, pues los gatos suelen mostrar cambios en su comportamiento mucho antes que los propios síntomas de la enfermedad.

Ante cualquier modificación en la conducta de nuestro animal, debemos acudir al veterinario con el fin de realizar un chequeo.

Además, acudir a las revisiones anuales nos ayudará a hacer un seguimiento de su salud, pudiendo detectar algunas patologías de forma temprana y así proceder a controlarlas más fácilmente.

 

 

¿Qué hago si mi gato tiene artrosis?

Una vez disponemos de un diagnóstico claro, nuestro veterinario de confianza nos indicará si es preciso que en algún momento nuestro gato tome medicación y si podría ser conveniente una cirugía.

En la mayoría de los casos se trata de gatos mayores y lo esencial es intentar que mantengan una buena calidad de vida, limitando la medicación a los casos realmente necesarios.

 

¿Cómo cuidar a un gato con artrosis?

Aunque nuestro veterinario estime que nuestro gato no necesita medicación, sí podemos cuidarlo para ofrecerle una buena calidad de vida. Para ello podemos seguir algunas pautas:

 

1.- Beneficios de la fisioterapia:

La fisioterapia veterinaria es una gran desconocida en el mundo animal y puede ayudarnos con muchísimas patologías, entre ellas la artrosis. Un seguimiento realizado por un fisioterapeuta puede ayudarnos a reducir la inflamación y el dolor, mantener una buena masa muscular y relajar las zonas contracturadas, aumentando así la movilidad y mejorando la calidad de vida de nuestro gato.

 

2.- Ayuda nutricional:

En animales con artrosis los condroprotectores pueden ser una gran ayuda para reducir el desgaste articular. Los ácidos grasos Omega 3 y 6 ayudan también a reducir la inflamación y las molestias.

 

 

3.- Control de peso:

El sobrepeso acelera el proceso de desgaste del cartílago. Por esto, si a nuestro gato le sobran unos kilitos, hay que plantearse reducirlos poco a poco hasta que esté en su peso ideal para lo cual puede asesorarnos nuestro veterinario.

El uso de comederos interactivos e intentar aumentar de forma progresiva el ejercicio pueden ser de gran ayuda.

 

4.- Una casa adaptada:

La artrosis es una enfermedad que afectará a nuestro gato durante toda su vida, por lo que debemos adecuar la casa a sus nuevas necesidades, colocando todas sus cosas (camas, areneros, comederos…) de forma accesible, ya sea a nivel del suelo o en varias alturas para que pueda ir subiendo de una a otra sin grandes saltos.

Intentaremos mantener la casa a una temperatura constante durante todo el año, haciendo hincapié en los meses más húmedos y fríos porque en esas épocas puede ver sus articulaciones resentidas.

 

Gatos con artrosis: síntomas, diagnóstico, cuidados y tratamiento

 

Un gato con artrosis bajo un control veterinario y un ajuste en casa puede hacer una vida normal, adaptada a su nueva situación. Además, la detección temprana ayudará a evitar muchas molestias y malestar, por lo que es importante que recordemos llevar de forma anual a nuestro gato al veterinario y acudir a él ante cualquier cambio que notemos en su conducta.

 

¿Tu gato sufre de artrosis? ¡Cuéntanos qué cambios has tenido que hacer para mejorar su calidad de vida!

 

Lucca la Loca
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Espacio gatuno y perruno en el que Lucca, Zelda y Link comparten aventuras.

Web: http://www.luccalaloca.es

 

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