El origen del perro: cómo un lobo pudo evolucionar a perro

El origen del perro: cómo un lobo pudo evolucionar a perro

15 de junio de 2016

 

Muchos científicos se han preguntado dónde está el origen del perro y cómo pudo un lobo evolucionar a perro. Hoy parece claro el proceso pero no el origen. Nuevas teorías sorprenden con recientes hallazgos.

 

Descartadas antiguas teorías sobre el origen de los perros en el cruce entre chacales y lobos (Konrad Lorenz), parece existir acuerdo general en que el perro actual tiene su origen en antiguos lobos (ya extinguidos) y que las dos especies pertenecen a la familia de los cánidos.

Nos situamos hace miles de años (entre 10.000-18.000 años, aunque el hallazgo de un diente fosilizado en la república de Altai lo sitúa en torno a 30.000). Algunos lobos (los menos temerosos y más confiados) se acercan a nuestros antepasados (probablemente atraídos por los restos de comida que iban dejando).

El hombre comienza a relacionarse con estos lobos y encuentra en ellos un compañero que le ayuda en la caza y en labores de vigilancia.

El lobo ve en el hombre una fuente de comida fácil (puede alimentarse de los restos de animales que este caza) y de seguridad y cobijo.

 

El origen del perro: cómo un lobo pudo evolucionar a perro

 

Así comenzó nuestra relación con antiguos lobos, que han evolucionado hasta ser los perros que hoy forman parte de nuestra familia. Y es que en los orígenes de la domesticación, el perro comenzó a formar su manada con el hombre.

Hasta aquí la mayor parte de las teorías se muestran de acuerdo, pero no lo están tanto sobre dónde situar ese origen.

Algunas lo situaron en comunidades agrícolas de Oriente Medio, otras (CSIC) en comunidades de cazadores recolectores de Europa y las últimas hipótesis (publicadas en la revista Science) hablan de un origen conjunto: surgieron en Asia y en Europa u Oriente Medio, los perros asiáticos acompañaron al hombre hasta occidente y allí  reemplazaron parcialmente a los perros existente o bien se cruzaron con ellos.

Parece ser que aún queda bastante por descubrir sobre el origen de nuestros fieles amigos, pero lo que queda claro es que ¡perros y humanos formamos una familia-manada perfecta!

 

 

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